¿De qué tamaño será la crisis de Claudia Sheinbaum que Andrés Manuel López Obrador tuvo que salir a rescatarla?
En el primer círculo de la señora que vive en Palacio Nacional se justifica, se argumenta que no está de regreso, que sólo se trata de la presentación de su libro llamado Grandeza.
Basura.
Esconden y faltan a la verdad.
López Obrador es una mente siniestra, malévola, maquiavélica y ha salido del clóset para dejar claro de una vez por todas quién manda y quién da las órdenes.
Y por eso advierte que volverá a las calles en cualquiera de tres escenarios que cita:
-“Si la oposición pretende dar un golpe de Estado a Sheinbaum”.
De nuevo con su mentira, con su cuento de que podría haber un golpe de Estado en contra del gobierno de Morena.
Evidentemente, sólo lo dice para sembrar insidia y miedo, temor e incertidumbre porque, como él dice, la mentira o la calumnia, cuando no mancha, tizna.
-“Si hay que defender la soberanía nacional”.
Es decir, nuevamente sus alucinaciones, sus telarañas, sus invenciones de invasores que pretenden apoderarse del país, de México, y de su soberanía-
Y, finalmente, “si hay un atentado contra la democracia”.
¿Mayor atentado que el cometido y promovido por él, cuando ocupaba Palacio Nacional como jefe del ejecutivo?
Destruir las instituciones y apoderarse de ellas, como sucedió con el Instituto Nacional Electoral (INE), el Poder Judicial, con la elección de jueces y ministros, que derivó en una Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) votada con. acordeones y el Congreso, con una mayoría calificada artificial, armada con trampas y torciendo la ley.
La aparición de Andrés Manuel y sus cinco visitas encubiertas a la CDMX “para no causar revuelo” confirman que se refugió en La Chingada pero que desde ahí dirige todo.
¿O entonces por qué aparece?
La marcha de la Generación Z después del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Alberto Manzo causó tanta molestia en la señora que cobra como titular del Ejecutivo que convocó a una contramarcha el sábado 6 de diciembre “para celebrar siete años de triunfo”, pero la realidad es otra:
A López Obrador, a Sheinbaum y a los zalameros de la cúpula partidista les dolió, les ardió esa manifestación de fuerza ciudadana y esa advertencia de inconformidad rumbo a las elecciones de 2027 y 2030.
La caída en la popularidad de Sheinbaum, la presión incesante de Donald Trump, el crecimiento cero del PIB, el dominio del narcotráfico y el crimen en todo el país y el tráfico de combustibles son también factores que complican el panorama para los morenistas.
Deben sumarse la escasez de medicamentos y la saturación del servicio médico en el IMSS e ISSSTE, principalmente, y en los sistemas de salud estatales.
Y, por si fuera poco, el crecimiento de la deuda porque no hay dinero, recursos, que alcancen para cubrir los llamados programas sociales, que hoy suman 880 mil millones de pesos y que en 2026 serán un billón de pesos – un millón de millones – anuales, una auténtica fortuna que se obtiene, a diferencia de lo que dice la presidente, de hacer recortes obsesivos y enfermizos en todo el gasto público.
El dictador que acabó con el sistema democrático, con el sistema de salud – de por sí deficiente -, con el sistema de justicia – también muy malo – y que se dedicó a polarizar, a dividir a la sociedad en buenos y malos y en pobres y ricos hoy aparece en público y amenaza con encabezar las movilizaciones.
DESESPERADOS
López Obrador dice que no pretende hacer sombra a Sheinbaum, pero se contradice porque sabe perfectamente que con sólo aparecer el ruido y la atención estarán centrados en él.
El tabasqueño sabe perfectamente que como van las cosas el triunfo en las elecciones intermedias no será fácil ni un día de campo.
Vámonos: Otra ocurrencia, los puestos callejeros para la entrega de medicamentos.
Módulos de las farmacias del Bienestar.
¿Y la mega farmacia del loco de Macuspana?
Qué tristeza vender la dignidad por 6 mil 200 pesos al bimestre.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex